Unas estadísticas tristes con motivo de la venta de Prime Day: cada año Amazon destruye millones de productos (https://www.theverge.com/2021/6/21/22543527/amazon-unsold-products-destruction-investigation). Resultó que solo en uno de los centros de procesamiento de pedidos británicos, se eliminan entre 130 y 200 mil artículos por semana. Además, los MacBooks, las aspiradoras Dyson, los drones e incluso las máscaras faciales (todavía) populares caen bajo la prensa. La destrucción de la electrónica de gran tamaño es especialmente sorprendente dada la escasez de chips.
🗑 “Aproximadamente el 50% de los artículos ni siquiera están desembalados, y el otro 50% son devoluciones en buenas condiciones. Estamos impactados por las tareas que tenemos que realizar”, admite uno de los ex empleados del almacén. Otro ex empleado admitió que las consolas PlayStation, un bien escaso en la década de 2020, también están siendo destruidas.
🗑La noticia en sí no es nada nuevo: los medios descubrieron en 2020 que Amazon está enviando productos devueltos a un vertedero. Los periodistas instalaron rastreadores GPS (https://www.cbc.ca/news/canada/marketplace-amazon-returns-1.5753714)en varios productos y emitieron un reembolso. Como resultado, solo cuatro compras terminaron en manos de otros compradores, el resto terminó en un almacén o en un vertedero. En esta historia, la escala es bastante sorprendente: si solo un centro de procesamiento de pedidos arroja hasta 200 mil productos por semana, ¿qué está sucediendo a nivel mundial?
🗑 La razón principal de esta extravagancia es el modelo de negocio ultraeficiente. No es rentable que los proveedores paguen a Amazon por el mantenimiento de los productos y, en la mayoría de los casos, es más fácil enviar el producto para su reciclaje. Al mismo tiempo, Amazon afirma que destruye (o, en el lenguaje de la empresa, “incinerar para generar energía”) solo el 1% de las parcelas. El resto de la empresa revende o dona a organizaciones benéficas.
🗑 Sin embargo, muchas marcas se dedican al reciclaje masivo, incluidos los fabricantes de ropa de lujo y bicicletas eléctricas. Y esto ya no sorprende a nadie. Me pregunto si alguno de los futuristas logró predecir esta tendencia en los albores del mercado masivo y el boom del comercio electrónico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario